Es martes, levantado desde muy temprano puesto que mis primeros minutos del día se los dedico a Dios. Me sirvo mi café y decido leer las noticias. Inspirado por muchos colegas que están escribiendo la realidad del país. ¡Pasaremos a la historia! Me sorprende leer en las tendencia del Twitter: #LosClapEnExpasión y recuerdo la miserable bolsa de “comida” para quince días que pagó mi padre en casa la pasada semana. Miserable porque para quince días solo compré, “sin opciones de escoger”, dos leches, un espagueti, una azúcar. Ese es el menú de los siguientes quince días. Y tenemos el tupé de defender una política de estado que le ha dado más fuerza a un Consejo Comunal que se ha vuelto la banda de ladrones de un sector. Y digo esto porque a diario escucho decir en las paradas y sitios donde recurro: ¡Me cobraron 3000 y solo me dieron 4 productos! ¡Una vocera se quedo con once bolsas! Y pare usted de contar las barbaridades que ocurren en los Consejos Comunales bajo el “Poder Popular”.
Me sorprendió leer esta etiqueta y el descaro de los políticos oficialistas defendiendo el fruto de su mentira que solo nos ha llevado hacía un precipicio social y moral. Claro, ellos de seguro no salen del Mall, ni aunque el barril de petrolero baje a 0$. Y lo digo con propiedad porque yo fui uno de ellos.
La bolsa del CLAP representa la mentalidad de quienes conducen este país y hundieron una isla: Los Cubanos. Los Clap han sido otro tiro fallido que solo quería eliminar las colas, mas no el hambre. Representa lo que no somos. Representa pobreza, miseria y corrupción. Me lastima el corazón ver la ilusión de mis vecinos que esperan con ansias su “bolsita” y leerles en la cara la desilusión cuando se las entregan, cuando llega incompleta o cuando el otro artículo es una “excusa”. Me pregunto: ¿Será que solo pasa en Coro?
Siento mucho la mentalidad de mis compatriotas oficialistas, quienes son calificados como “patas en el suelo” por ser del barrio. Así se lo escuche a Diosdado Cabello el pasado miércoles y al ver su audiencia, presente en su set televisivo, aplaudir y festejar el “maldito discurso” fue cuando realmente entendí por qué el país está así. Sin embargo, creo en una minoría que reconfigurará su mente y dejará la “Bolsita” de un lado.
Jhonattam Petit
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