jueves, 1 de diciembre de 2016

#UnCaféConJhonattam: Sea cual sea mi situación

Twitter: @jhonattamp_

Como muchos ya saben, Venezuela atraviesa una de las mayores crisis de su historia a causa de la vaga gerencia de quienes hoy nos gobiernan por elección popular. Ha sido un año bastante difícil para el venezolano indiferentemente su estatus social, político, religioso o sexual. Este año fue marcado por un aumento inflacionario que cada día nos traga el bolsillo y la baja de los precios del petróleo se ha convertido en la cruz más pesada de nuestra economía. El cáncer de nunca acabar (por ahora) es la corrupción, que antes era normal en los políticos, ahora lo es hasta en el vecino que pertenece a los benditos CLAPS. La inseguridad es un verdugo que no perdona hora, ciudadanos y espacios. Me atrevo a compararlos con los dementores de Harry Potter; están por todos lados. 

Empieza el día y el primer pensamiento es: ¿Qué comeré? ¡Uf! La pregunta del millón. Algunas de ellas sin repuestas. Termina el día y los sentimientos de malestar afloran en nuestra almohada con la esperanza de que esto cambiará. Sin embargo, hemos aprendido a vivir en esta situación (algunos). La administración de nuestras finanzas, aunque es estrecha ha sido satisfactoria en virtud de que hemos aprendido a no derrochar innecesariamente el dinero, a colaborar con el vecino si no tiene qué comer. De hecho, hemos vuelto a la prehistoria social donde el trueque entre artículos de primera necesidad han sido los protagonistas de esta economía pre-histórica que vivimos los venezolanos.

Por otro lado, hemos sido más unidos en nuestras comunidades. Los muros entre vecinos y hasta familiares se han derribado. La necesidad del uno con el otro se manifiesta a diario en las calle de mi ciudad. Pero ante todo debo recalcar que una actitud correcta en esta situación nos ayudará a pasar este mar turbulento a una tierra donde la tranquilidad económica, social y espiritual reine. El apóstol pablo escribió: “… pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”…

La realidad es que no estamos contentos con esta situación, pero hoy, para enfrentar los desafíos, los venezolanos hemos aprendido a adoptar una actitud de Gratitud, de resilencia, de favor y de humildad. En muchos, la crítica y la queja es el rezo diario. Para otros la gratitud y la humildad son el collar que adorna sus vidas. Aquellos que han aprendido a usar la crisis a su favor son los que en sus rostros solo se dibuja el tricolor, la sonrisa de los Medanos y la mirada del azulejo mar, son ciudadanos que por muy difícil que parezca la situación se mantienen en pie de lucha para conquistar sus objetivos entendiendo que la crisis es una oportunidad.

Deberíamos hacer un stop en nuestro diarismo y evaluar cómo actuamos en esta crisis. Qué provecho le podemos sacar y que otro debemos desechar. Por allí se dice que en la actualidad unos se hacen ricos y otros muy pobres pero considero que el que se hace rico ha adoptado una mente diferente aislada de los antivalores venezolanos como en los que vivimos y la deshonestidad financiera que muchos ahora promueven.

Hemos aprendido a colar el café varias veces, a comernos una arepa pequeña, a inventar desodorantes, a lavar nuestra ropa con jabón líquido, a sobrevivir la crisis hidráulica, a sobrevivir la inflación y a soportar al que descaradamente nos roba. Ahora solo me pregunto: ¿La bonanza que regresará nos esperará con esta mentalidad? o ¿Sabremos vivir en abundancia con la más clara enseñanza de esta crisis?

Temo que aún siendo ricos sigamos colando el café varias veces y haciendo maniobras para no gastar sino sobrevivir. La crisis nos deja una lección mas no un tatuaje pobre.

Aprendamos a vivir sin importar la situación. No olvidemos el afecto familiar, la inversión en nosotros, el entrenamiento y la vida. Al fin y al cabo el mar sigue en el mismo lugar, la montaña en el mismo sitio y Venezuela geográficamente nos obsequia los mejores espacios para que aún en la crisis valoremos lo que en la abundancia muchas veces dañamos. ¡Resiste!

Jhonattam Petit

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